Poesía | Resistid y Vivid

La caricia fugitiva -brisa elegante y cálida- despliega sus alas en sueños inmortales.
¡Vivid, vivid! Grita mi alma vulnerable.
Sol negro y esta derrota que es mi único aliento.
¡Resistid, resistid! Clama un corazón resentido.
Aquí no quedan palabras, ni silencios, ni lluvia, ni tacto, nada para escribir.
Queda un recuerdo fugaz, vívido y eterno; deseoso del furor del sentir, y vivir.
Sopla un viento suicida, no sé si habla, no sé si calla, no sé si canta.
Pero exalta cual poeta cada rasgo de mi soñadora, y tronadora, voz interior que esta prosa entona.
Aruña los sueños; adormece el deseo. Hace una pausa como punto y coma en los planes y causas.
Resistid, y vivid. Desea el poeta, a quien apremia la elegante caricia de las promesas cumplidas.